La selección española de Rugby XV femenino se prepara para su séptima participación en la Copa Mundial de Rugby Femenino, que se celebra en Inglaterra desde este viernes hasta el 27 de septiembre. Esta décima edición del torneo tiene a Inglaterra como una de las grandes favoritas, junto a la vigente campeona mundial, Nueva Zelanda. Las ‘Leonas’ buscan consolidarse entre las mejores selecciones del mundo.
España regresa al Mundial tras ocho años de ausencia
Después de no clasificarse para la edición de 2021, disputada en 2022, España vuelve a la Copa Mundial femenina ocho años después de su última presencia en 2017. La selección española afronta el campeonato con un equipo joven y lleno de talento precoz, siendo la más joven de esta Copa del Mundo, con una media de edad de 25 años y 104 días. La lista, elaborada por el seleccionador nacional Juan González Marruecos, incluye a cuatro jugadoras que ya participaron en el Mundial de 2017: Anne Fernández de Corres, Laura Delgado, Mónica Castelo y Lourdes Alameda.
Juventud y experiencia para seguir creciendo en el rugby mundial
La combinación de juventud, energía y experiencia es la apuesta de España para consolidarse en la élite del Rugby XV femenino. Hasta la fecha, el equipo nacional acumula seis participaciones en Mundiales, con un total de 29 partidos jugados, 14 victorias y 15 derrotas, lo que representa un 48% de triunfos. Su mejor resultado histórico fue un sexto puesto en 1991, mientras que en su última comparecencia en 2017 finalizaron décimas. Además, uno de sus triunfos más destacados fue la victoria por 62-0 ante Japón en 2002.
España en el Grupo C: un debut desafiante
En esta edición, España quedó encuadrada en el Grupo C junto a Nueva Zelanda, Irlanda y Japón. Su debut será frente a las ‘Black Ferns’ de Nueva Zelanda, la actual campeona y una de las favoritas para revalidar el título, el próximo 24 de agosto en York. Después, las ‘Leonas’ se enfrentarán a Irlanda el 31 de agosto en Northampton, y cerrarán la fase de grupos contra Japón el 7 de septiembre, de nuevo en York.
Grandes favoritas y un Mundial con alta expectación
España llega con muchas ganas y poco que perder, con la ilusión y energía propias de un equipo que quiere hacerse un hueco entre las potencias del rugby femenino. Sin embargo, las grandes candidatas al título pertenecen a otra liga.
Inglaterra, la anfitriona, es una de las grandes favoritas, con dos títulos mundiales en su palmarés (1994 y 2014), una impresionante racha de 24 victorias consecutivas en los últimos tres años y el respaldo del público local. Este país es el único que ha quedado entre los tres primeros en todas las ediciones del Mundial. A pesar de esto, solo en una ocasión el equipo local ha ganado el campeonato, precisamente en la edición más reciente de 2022, cuando Nueva Zelanda conquistó el título.
El reto de las ‘Black Ferns’
Las ‘Black Ferns’ neozelandesas defienden corona y cuentan con la presencia de la leyenda Emily Scarratt, que disputará su quinto Mundial y es la máxima anotadora histórica con 175 puntos. Nueva Zelanda ha derrotado a Inglaterra en seis finales: 1998, 2002, 2006, 2010, 2017 y 2021, consolidándose como un rival temible.
Otras selecciones a tener en cuenta
Canadá también se presenta como una selección a considerar, invicta en 12 de sus últimos 13 partidos y con triunfos destacados sobre Francia y Nueva Zelanda. Por su parte, Francia, semifinalista en los últimos seis Mundiales y subcampeona en 2025, es un equipo fuerte en el Seis Naciones, aunque históricamente ha tenido dificultades frente a Inglaterra y Nueva Zelanda.
Un torneo histórico con récord de asistencia
Los 16 equipos participantes competirán durante más de un mes para alcanzar la gran final, que se disputará en el Allianz Stadium de Twickenham. Esta edición se perfila como histórica, ya que se han vendido 375.000 entradas para los 32 partidos, más del doble que en la anterior cita mundialista. Solo para el encuentro inaugural entre Inglaterra y Estados Unidos se han vendido 40.000 entradas.
La expectación en torno a este campeonato es máxima, y se espera que sea un punto de inflexión para el rugby femenino, con un impacto global que crece edición tras edición y un récord sin precedentes de asistencia.

