El Real Madrid quedó eliminado este miércoles tras perder contra el Paris Saint-Germain en las semifinales del Mundial de Clubes que se está disputando en Estados Unidos. Esta derrota marca también el final de la etapa de Luka Modric con el club blanco, tras 13 años que transformaron tanto su historia personal como la del equipo merengue, donde se convirtió en un emblemático ’10’ y patrimonio indiscutible de la entidad.
Adiós a una leyenda: la despedida de Luka Modric
Desde el centro del césped del Santiago Bernabéu, en su último partido ante la afición blanca, Modric pronunció unas palabras que emocionaron a todos: «No llores porque se terminó, sonríe porque sucedió. ¡Hala Madrid y nada más!». Los seguidores del club se pusieron en pie para agradecer y homenajear a uno de los ídolos y referentes más destacados de una de las décadas más gloriosas en la historia del Real Madrid.
El inicio de una era: llegada y consolidación en el Real Madrid
El 27 de agosto de 2012, en los últimos días del mercado veraniego, el Real Madrid confirmó el fichaje de Luka Modric procedente del Tottenham Hotspur inglés. Apoyado desde el principio por el entonces entrenador José Mourinho, el croata, inicialmente rodeado de incertidumbre, pronto reforzó el centro del campo madridista, que necesitaba creatividad y trabajo, dando comienzo a una etapa que se convertiría en una de las más exitosas del club.
Modric debutó levantando la Supercopa de España y rápidamente se estableció como el cerebro del equipo. Su visión de juego, precisión en los pases y capacidad para aparecer en los momentos decisivos lo hicieron destacar, además de su entrega y pasión por los colores del Real Madrid, ganándose el cariño de una afición exigente desde el primer instante.
Un futbolista con un camino único
El centrocampista croata, que llegó al club con 26 años y una sonrisa tímida, se convirtió en un referente del madridismo y posee uno de los currículums más impresionantes en la historia del club. Su talento superó obstáculos personales, incluyendo su infancia en Zadar, una región afectada por la Guerra de los Balcanes en los años 90.
En septiembre cumplirá 40 años y hasta la fecha ha disputado 597 partidos con el Real Madrid, siendo el noveno jugador con más encuentros y el segundo extranjero con más apariciones, solo por detrás de Karim Benzema. Está a tan solo tres partidos de alcanzar la cifra de Paco Gento, la gran leyenda del club.
Récords y títulos que definen una carrera legendaria
A lo largo de casi 600 encuentros, Modric ha anotado 43 goles y conquistado 28 títulos con el Real Madrid. Entre estos destacan seis Ligas de Campeones, seis Mundiales de Clubes, cinco Supercopas de Europa, cuatro Ligas, dos Copas del Rey y cinco Supercopas de España, convirtiéndose en el jugador con más trofeos en la historia del club.
El alma del centro del campo madridista
Más allá de sus cifras, la verdadera grandeza de Modric radica en cómo jugó. Se hizo dueño absoluto del centro del campo, independientemente del compañero que tuviera a su lado. Compartió mediocampo con figuras como Xabi Alonso, Sami Khedira, Mesut Özil y Ángel Di María.
Sin embargo, será especialmente recordado como la ‘M’ en el trío ‘CMK’ junto a Toni Kroos y Carlos Henrique Casemiro, considerado uno de los mejores centros del campo de la historia del fútbol. Este trío fue el corazón y cerebro del Real Madrid que ganó tres Ligas de Campeones consecutivas en 2016, 2017 y 2018.
Además, en la primera de esas Champions, en 2014, Modric tuvo un papel decisivo al asistir a Sergio Ramos para que marcara el gol que llevó la final de Lisboa a la prórroga, cuando el Atlético de Madrid ya acariciaba la ‘Orejona’.
Momentos inolvidables y liderazgo silencioso
La influencia de Modric en el estilo del equipo fue creciendo con el tiempo. Uno de sus momentos más recordados fue el gol decisivo en los octavos de final de la Champions League en Old Trafford en marzo de 2013, que aseguró la continuidad del Real Madrid en la competición y demostró su importancia para el presente y futuro del club.
Modric se convirtió en un referente dentro y fuera del campo, no solo por su calidad técnica y sensibilidad con el balón, sino también por su liderazgo tranquilo, profesionalidad, humildad y entrega, incluso cuando su protagonismo disminuyó en las últimas temporadas debido a la irrupción de jóvenes talentos como Jude Bellingham, Aurélien Tchouaméni y Eduardo Camavinga.
Un legado imborrable para el madridismo
A pesar de los cambios, el amor de Modric por el Real Madrid nunca se apagó. Siempre consciente de su rol como uno de los baluartes recientes del club, forma parte del exclusivo grupo de jugadores con seis Copas de Europa, junto a leyendas como Paco Gento, Dani Carvajal, Toni Kroos —quien ganó una con el Bayern de Múnich— y Nacho Fernández.
Fuera del club, Modric también hizo historia con su selección, alcanzando las semifinales del Mundial de 2018, año en el que fue galardonado con su único Balón de Oro, el primero que no recibía ni Leo Messi ni Cristiano Ronaldo desde 2007.
El cierre de un ciclo en el Mundial de Clubes
La derrota por 4-0 ante el PSG en el Mundial de Clubes no solo supuso la eliminación del Real Madrid del torneo, sino que también marcó la ruptura práctica de la relación entre Modric y el club. Sin embargo, el Real Madrid sabe muy bien que el croata siempre será su ’10’, aquel jugador que hizo vibrar al Bernabéu con su precisión y talento.
Modric se ha ganado con creces el derecho a ser considerado un patrimonio histórico del Real Madrid, un símbolo imborrable en la historia del club y en el corazón de sus aficionados.
