Ricky Rubio, el nuevo jugador del Club Joventut Badalona, manifestó este miércoles que su fichaje por el equipo verdinegro ya representa una victoria personal. El base español destacó que regresar a las canchas con ilusión es su mayor logro y que todo lo que venga a partir de ahora será un “extra” para el que se siente preparado. Además, reveló que justo cuando contemplaba la retirada, la oportunidad de unirse a la ‘Penya’ cambió por completo su perspectiva.
Ricky Rubio: “Ya he ganado con mi regreso al Joventut”
Durante su presentación oficial ante numerosos medios en el Olímpic, Ricky expresó su entusiasmo y sinceridad sobre este nuevo capítulo en su carrera. “Lo más importante es que estoy bien y capacitado para afrontar un nuevo reto. No sé cómo irá, pero lo voy a disfrutar mucho. Habrá momentos buenos y malos, pero para mí ya he ganado: volver a jugar desde la ilusión. Recibir todo el cariño que he sentido y esto que viene es un extra”, afirmó con claridad.
Un año sabático para reencontrarse
El jugador de El Masnou (Barcelona) relató el proceso que vivió durante el último año, desde que decidió dejar el Barça en verano del año pasado hasta concretar su fichaje con el Joventut. “Al terminar la temporada estaba bastante perdido. En agosto decidí tomarme un año en blanco para pensar en mí. Ha sido una montaña rusa; un proceso muy enriquecedor ahora, pero muy difícil en su momento”, confesó.
Ricky reconoció que, especialmente al inicio, la idea de retirarse se hacía cada vez más cercana. “A mediados de abril pasaron cosas que me hicieron escuchar la vida a otro ritmo. Soy un afortunado por haber podido tomarme este año sabático. Justo cuando estaba más cerca de la retirada, surgieron situaciones que me hicieron replantearme todo. Mayo fue un mes de reflexión profunda, sin que hablara el ego, y en junio comenzaron las conversaciones con un objetivo claro. Hasta hace dos semanas no sabía cómo iba a ir todo”, explicó.
La convicción de volver al baloncesto profesional
En las últimas semanas, Ricky tuvo muy claro que era él quien realmente deseaba regresar al baloncesto profesional. “En estas dos o tres últimas semanas he visto claramente que el que quería volver era yo y estoy muy contento. El recibimiento ha sido abrumador y estoy muy agradecido. Dar las gracias me sirvió mucho para sanar conmigo mismo”, señaló emocionado.
Además, destacó la ilusión renovada que siente por jugar en casa y formar parte de un proyecto con ganas de mejorar. “He tenido conversaciones donde he visto que se quiere crecer en muchos aspectos. Vengo con la necesidad de ayudar, de querer que este proyecto esté donde se merece. Deportivamente intentaré dar el máximo, pero sobre todo apoyar a los jóvenes. Durante mi carrera he sido un buen mentor y volveré a serlo”, manifestó sobre su rol en el equipo dirigido por Dani Miret.
Una decisión basada en el sentimiento
Ricky aclaró que el Joventut fue la única opción para su regreso al máximo nivel porque su elección se fundamenta en un sentimiento y no en aspectos deportivos. “Mi única opción ha sido la ‘Penya’. Jugar al baloncesto no se trataba de conseguir un título, sino de un sentimiento, y ese sentimiento era jugar aquí”, afirmó con convicción.
Sobre su futuro, no tiene dudas: “Será mi último club, sin duda. Quizá en un año cambie de opinión, pero ahora mismo estoy cien por cien seguro. Creo que el próximo año será igual. Me gustaría estar involucrado para ayudar, pero por ahora firmo como jugador del primer equipo. Puedo aportar mi experiencia de 20 años como profesional para apoyar, aunque todavía no sé qué querré hacer después. Ya lo decidiré cuando llegue el momento. Firmo este año y ojalá pueda jugar más. Cuando lo sepa, lo diré”, profundizó.
Reflexiones sobre un año sabático y un regreso esperado
El internacional español, de 34 años, mencionó que pudo volver a la ‘Penya’ el año pasado, pero que en aquel momento no se sentía preparado. Incluso desmintió rumores sobre su fichaje en esa época. “El año pasado tenía otra ilusión y ganas de volver, pero no estaba preparado. Tomar la decisión de esperar un año me dolió mucho”, confesó.
Finalmente, Ricky compartió las lecciones que ha aprendido en este tiempo de pausa. “He aprendido muchísimo, aunque es difícil sintetizarlo. Lo primero fue aprender a escucharme a mí mismo y distinguir entre la persona y el ego, que es lo más complicado. El ego es necesario, pero a veces hay que apostar por uno u otro. Al principio no sabía cómo escucharme ni entender mis emociones. Muchas veces nos enfadamos por algo cuando en realidad es por otra cosa. Estar sano por dentro me ha ayudado mucho”, concluyó antes de poner fin a su año sabático con este nuevo comienzo en el Joventut Badalona.
